Tales días tristes hicieron la maleta,
Dejándome tendida, fría, en mi cama,
Abandonando su morada yerta,
Que con su ausencia, recuperó la llama.
Abriose la mirada
Que ya no quiso estarse quieta,
Y encontró una luz tenue y clara
Que la despegó de la oscuridad, la dejó despierta,
Suficientemente despierta como para no soltarla,
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