Valencia huele a pólvora, perdonadme por el cliché, pero Japón huele a muerte; en Valencia reina en estruendo de los petardos, en Japón los sollozos y gritos de personas que buscan a sus familiares o piden que alguien les abra paso de entre los escombros; en Valencia montamos y erguimos fallas, en Japón se han derrumbado incontables hogares; a los valencianos nos esperan en los próximos días numerosas celebraciones, bailes y comidas, a los japoneses una réplica del terremoto y posibles catástrofes nucleares. Es mundo de desequilibrios y desigualdad este.
3.373 fallecidos y 6.746 desaparecidos. En la ciudad de Minamisanriku, en Miyagi, el Gobierno local ha confirmado que no ha podido contactar con unas 10.000 personas y sólo ha podido constatar que unas 2.000 han sobrevivido al movimiento telúrico y el posterior tsunami. Pero nosotros sigamos con nuestra fiesta, no dediquemos ningún momento a pensar en todas esas vidas hechas pedazos. No podemos dejar que estos hechos nos amarguen la existencia a nosotros, pero de ahí a permanecer impasibles hay un mundo.
Gracias Johann por pedir un aplauso a los damnificados como muestra de apoyo durante el Mtv Winter, al menos tuvisteis ese detalle, hoy he ido a la mascletá de la plaza del ayuntamiento y no se ha guardado ni un triste segundo de silencio. Sigamos felices nosotros, el sufrimiento es tan lejano... esa parece ser la filosofía.
¿Nos dedicarían nuestros amigos asiáticos un minuto de silencio a nosotros si la tragedia hubiese sucedido en nuestras tierras? Su cultura respetuosa y sensible me lleva a afirmar con casi total seguridad que sí.
Estas son cosas incomprensibles que nunca comprenderemos.
Saludos y felices fiestas, a pesar de todo, a todos los valencianos.
Clarena
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